Cuando una persona mayor o enferma se encuentra sola en casa y necesita una emergencia por cualquier motivo, una comunicación rápida y efectiva con su central de monitorización es crucial para su seguridad.
Por esta razón, Wilhelm Hormann inventó el primer Sistema de Respuesta a Emergencias Personales (PERS) en 1970, que fue presentado a principios de la década de los 80 y que llegó a ganar el Premio de Innovación de Frankfurt de la Economía Alemana en 1982. Años antes, en 1975, la American Telephone Company desarrolló un sistema similar para Hormann’s, en el que el usuario llevaba un colgante alrededor del cuello que podía ser pulsado en caso de emergencia y enviar un mensaje automático a varios números de teléfono.
La evolución de este sistema de emergencia ha sido relativamente lenta. De hecho, esta evolución no ha ido al mismo ritmo que el resto de innovaciones tecnológicas que se han venido desarrollando durante los años posteriores en sectores similares. Es cierto que este tipo de dispositivos, activos o pasivos, han contado con una desventaja “crónica”. Como dice Wikipedia: «Los dispositivos pasivos y activos requieren que el usuario use el dispositivo«. Como ya publicamos en este blog los sistemas PERS se están moviendo desde “una tecnología estándar basada en teléfonos fijos hacia otra más relacionada con dispositivos móviles”, pero aparte de la conectividad con el centro de emergencias, ¿existe algún avance significativo en dispositivos PERS que hayan incrementado y facilitado la independencia de estos usuarios y sus seres queridos? Afortunadamente, la respuesta es positiva. Según la AARP “A medida que avanza la tecnología, la gama de opciones ha crecido desde el dispositivo portátil básico con un botón para llamar a un centro de respuesta en caso de emergencia. Ahora los sistemas pueden incluir detección o prevención de caídas, monitorización de salud y bienestar en el hogar, rastreadores de actividad física, sensores de movimiento y más”.
Los niveles de protección han aumentado a lo largo de las décadas, desde un sistema que era básicamente un botón de pánico hasta sofisticadas plataformas de alerta que muy pocas empresas en el mundo pueden ofrecer. Siguiendo con el propósito de combinar la detección de caídas, la activación por voz y la protección exterior, la capa adicional de atención y cuidado aparece como la revolución esperada para ayudar a los mayores cuando más lo necesitan y brindar tranquilidad a sus seres queridos. Este tipo de plataformas se conciben como una protección completa para personas mayores en el hogar y fuera de él y también incluye tecnología LTE que hace posible que los dispositivos PERS se aprovechen de los continuas adelantos y actualizaciones que se esperan en este campo en los próximos años.
El poder de los sistemas PERS combinado con los avances de la inteligencia artificial (IA) abre una nueva forma de mejorar el cuidado y el estilo de vida de los mayores. Como dice Carevium, «se espera una explosión de tecnologías de detección de bajo coste que pueden proporcionar capacidades sustanciales a los mayores en sus hogares«. Por otro lado, un informe de PriceWaterhouseCoopers explica que «las propuestas de valor que se sustentan en la fusión de IoT y AI incluyen sensores inteligentes que pueden proporcionar datos y comentarios en tiempo real«. Ya es una realidad que algunas de las plataformas de cuidado inteligente más innovadoras incluyen un sistema de sensores inteligentes basado en la capacidad de crear un patrón de comportamiento y registrarlo con fines de seguridad.
Si el comienzo de la tecnología PERS fue básicamente un botón de pánico y durante años su evolución giró en torno a la mejora de este dispositivo, ahora estamos presenciando la mayor innovación desde su origen. El sistema PERS ya no es un sistema de emergencia, sino una plataforma que puede iniciar activamente el proceso de verificar si todo va bien. Este gran salto no solo aumenta las posibilidades de que las personas mayores reciban ayuda cuando más la necesitan, sino que también brinda tranquilidad a sus seres queridos.