Las caídas en las personas mayores son uno de los problemas más graves que nuestra sociedad debe de combatir. Cada año, millones de personas de más de 65 años sufren caídas en todo el mundo. Sólo en la Unión Europea, por poner un ejemplo, constituyen el 75% de cada visita al médico en ese rango en edad. En nuestro país, de los 300.000 accidentes sufridos por las personas mayores que tuvieron asistencia sanitaria, el 83,4% son caídas que tienen en gran parte importantes consecuencias. Según el Center for Disease Contol and Prevention en 2030 las caídas provocarán 7 muertes cada hora en personas mayores en EEUU.
Claramente, las caídas son la causa más importante de lesiones entre los mayores. Además, no debemos olvidar el gasto que, en los presupuestos de Sanidad de cada país, se deriva de estas lesiones. En España se estima que el gasto directo (asistencia médica, quirúrgica, rehabilitación…) de estos accidentes se eleva a más de 380 millones de euros para la sanidad, a lo que hay que sumar cerca de 43 millones derivados de costes indirectos que asumen los familiares: ausencias laborales, contratación de cuidadores, ayudas ortopédicas…
Son datos escalofriantes que ponen en el punto de mira, por un lado, el drama personal de un número tan elevado de personas y, por otro, el impacto económico derivado de estas caídas. Este problema se torna especialmente grave para las personas mayores que viven solas. El tiempo de respuesta a las víctimas de caídas es un área en la que los que componemos la industria de la teleasistencia debemos mejorar. De hecho, el tiempo de respuesta después de una caída es un factor crítico en la supervivencia de los ancianos.
Telecare Cardiff ha realizado numerosos estudios que demuestran que cuando un usuario permanece en el suelo durante más de una hora, tiene más del 50% de posibilidades de morir en los próximos seis meses. Además, los estudios realizados por la Administración de Estados Unidos sobre el Envejecimiento y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han demostrado que cuanto mayor sea el tiempo de respuesta, mayor será la probabilidad de que la persona mayor no sobreviva. Dicho de otra forma, el porcentaje de muertes después de una caída oscila entre el 66% de los casos cuando se encuentra al usuario después de 72 horas a solo el 8% cuando es tratado en menos de una hora.
Estos datos confirman el importante papel que pueden desempeñar los servicios de teleasistencia para reducir el tiempo de respuesta en situaciones de emergencia.
La buena noticia es que la industria está trabajando arduamente para mejorar. En los últimos años hemos asistido a un cambio de paradigma en nuestro sector; el cambio de la teleasistencia reactiva a la proactiva. La tecnología ahora puede mejorar el nivel de detección de caídas y reducir la gravedad de las lesiones resultantes de las caídas. Esto incluye no solo reducir en gran medida el tiempo de respuesta, sino también aumentar la precisión de la ubicación y reducir las falsas alarmas, un problema particularmente difícil de resolver, a pesar del uso de acelerómetros y giroscopios de última generación. La cantidad de falsas alarmas hace que los usuarios no solo dejen de confiar en los sistemas de detección, sino que también pueden provocar que los usuarios desconecten estos dispositivos.
En los últimos años hemos visto algunos desarrollos innovadores que se han traducido en avances reales. Por ejemplo, los dispositivos que son capaces de emitir alertas por voz. Este ha sido un gran paso adelante para la industria: facilita el proceso de alerta permitiendo que las personas mayores no dependan de botones y colgantes. Y es que, en muchos casos, las personas mayores no llevaban sus dispositivos con ellos cuando se cayeron o simplemente no pudieron usarlos.
Evidentemente, la tecnología juega un papel clave en la carrera por incrementar la protección de las personas mayores. Como hemos visto, los avances en la sofisticación de sistemas que pueden detectar caídas antes y mejor o que tienen la capacidad de discriminar entre caídas reales y falsas se ha convertido en uno de los retos urgentes en la industria de la teleasistencia. Algunas empresas de este sector ya están instalando tecnologías avanzadas que son un buena señal para el futuro de nuestros mayores, que incluyen:
–La inteligencia artificial, basada en el machine learning, ya está incluida en algunos dispositivos que son capaces de aprender los hábitos y rutinas de los usuarios para lanzar notificaciones de alerta en caso de desviaciones, que potencialmente podrían ser provocadas por una caída.
– Recientemente hemos sido testigos del lanzamiento de una tecnología capaz de discriminar entre personas y mascotas, incluso trabajando en estancias oscuras, lo que reduce en gran medida el número de falsas alertas.
– Tecnologías que no requieren el uso de wearables, colgantes u otros dispositivos. Las estadísticas nos dicen que en un número muy elevado de caídas, el usuario no portaba su dispositivo y que más de la mitad de las personas que tienen colgante no lo usan.
–Las tecnologías que protegen la privacidad son otra tendencia. Hablamos de tecnología que permite la monitorización sin micrófonos, sin cámaras al tiempo que aumenta la exactitud y precisión de las detecciones.
La tecnología está aquí y tiene mucho que ofrecer para mejorar la vida de las personas mayores. Bienvenida.